dimecres, 14 de desembre del 2011



 
Dinero, avarícia. Parece que para estar bien tengamos que poseer, tener riquezas y destacar por encima de los demás. Así es el hombre postmoderno. Somos seres a quienes nos mueve ese afán de resultar atractivos y de buen ver para destacar y  llamar la atención de las demás personas. Pero, ¿a qué nos lleva todo esto? ¿ Por qué queremos ser lo que no somos? no podemos dar una imagen que no es la nuestra verdadera. ¿Por qué hemos de aparentar, vivir en una apariencia que distorsiona la verdadera realidad? Quizás esto lo hacemos por miedo a que los demás descubran cómo somos realmente y es que parece que lo que resulta en las personas atractivo es lo que hacen nuestros ídolos o demás gentes a las que idolatramos y se encuentran a nuestro alrededor. La realidad es que los seres humanos tendemos a vivir en un especie de engaño, pues muchas veces llega un punto que no somos capaces ni de reconocernos a nosotros mismos.
A lo que quiero llegar con esta publicación es a intentar reflejar, otra vez, esa superficialidad del mundo en el que nos encontramos, esa superficialidad en el que viven muchos de sus habitantes.
Marcas, ropa, móbiles, viajes...y lo que realmente importa lo dejamos pasar, así, sin más.

Parece que ir a la última, destacar entre los amigos o poseer bienes es imprescindible para ser felices como decíamos en la anterior publicación. Todas estas cosas, sin embargo, no hacen nada más que llevarnos al más gran vacío que existe. No somos en absoluto felices si creemos que estos bienes materiales son lo más importante en nuestras vidas. El materalismo de la sociedad se encuentra muy vigente hoy en día, de allí a que se dé tanta importancia a meros productos como éstos que nos llenan durante un tiempo pero que nos acaban cansando al fin.
Creo y con esto acabo por hoy, que es importante que sepamos saber qué es lo realmente esencial en nuestras vidas para no caer en ese materialismo en el que la mayoría de la gente ha caído ya pero que aún está tiempo de rectificar. Sólo así podremos finalizar con esa avarícia, narcisismo y egocentrismo predominante.

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