Que mejor imagen para hablar de nuestra sociedad actual. Así es, en efecto, pues estamos inmersos ante un mundo material cargado de consumismo. Esta imagen podría transmitir ese deseo de posesión de cosas superficiales que creemos que nos llenan pero que en realidad no hacen más que dejarnos en un inmenso vacío. La gente se sirve de este tipo de productos como forma de evasión de la verdadera realidad y de las cosas realmente importantes. Hoy en día se presta más atención a aquello externo, a la propia imagen de la persona, en si uno es guapo o es feo y al principio solemos crear nuestros propios juicios antes de conocer a la persona en cuestión. Nuestra sociedad se ha convertido con los años en una sociedad de consumo en la que parece ser que la gente no es feliz si no consigue lo que quiere. Pero la cuestión es ¿ qué es lo que ha cambiado en nuestra sociedad para que ésta se haya convertido en un lugar donde la mera apariencia vale más que cualquier cosa? la única respuesta que me viene en mente podría ser que hemos ido evolucionando gracias a las nuevas tecnologías y el mundo de las ciencias. La ciencia se ha ido convirtiendo en un nuevo dios para el universo y de allí a que la gente no haya podido evitar sentirse atraída por este nuevo mundo de las tecnologías que todo lo controla y que avanza tan rápido. Lo que este tipo de personas no saben es que la ciencia, les guste o no, no lo puede explicar todo y que si realmente acuden a estos nuevos métodos cosméticos como forma de evasión y promoción de la belleza ideal no están haciendo más que dejarse llevar por el más puro egoísmo y materialismo que les conduce a un bienestar provisional y no dudadero. Es importante pues, que sepamos distinguir qué es aquello que realmente nos puede hacer o no felices,aquello que nos explique y que sea la verdadera verdad. Sin duda es difícil de encontrar pero sólo si tu quieres lo puedes alcanzar...eso si, primero es necesario un desprendimiento o uso moderado de aquello inecesario.