Esta vez me he decantado por esta imagen, simple pero cargada de simbolismo.
Mirar el cielo, en la sociedad actual se ha convertido en algo poco usual o incluso podríamos decir, extraño.
Como traté de demostrar en la última publicación hecha en el blog, vivimos en una sociedad en la que la gente vive atareada y su rutina diaria, el estudio o el trabajo parecen robar todo el tiempo ha estas personas y por ello van de arriba a abajo con prisas, sin prestar atención al mundo que les rodea. Sí, nuestro tiempo es limitado y efímero, se desvanece con rapidez, y cuando queremos darnos cuenta, ya es tarde o ya ha pasado un largo periodo de nuestra vida.
Pero a pesar de esto, de encontrarnos en este tipo de sociedad tan llena de indiferencia y superficialidad, es necesario desconectar de esa realidad cotidiana y de vez en cuando mirar el cielo. Para mí, personalmente, mirar el cielo implica desconexión, libertad...es mirar hacia un más allá, un intento de filosofar y darnos cuenta cuál es nuestro papel en este mundo.
Quien no ha soñado alguna vez con volar, tumbarse en las nubes, sentir el  suave aire frío en la cara o incluso jugar a imaginarse formas que representan las nubes. El cielo, es como otro lugar, distinto al mundo terrenal en el que vivimos hoy en día, es como una liberación de este mundo tan cargado de malestar y de presiones.
Creo pues, que es importante que de vez en cuando alzemos nuestros ojos hacia este, sobre todo en los momentos en que creamos que no podemos más o incluso cuando nos encontramos oprimidos.
Quizá cuando acabéis de leer esta publicación creáis que este tema puede ser una simple paranoia mía pues cada uno tendréis vuestra propia visión u opinión al respecto. Sí, tal vez pueda ser una tontería mía pero os aseguro que mirar el cielo es realmente una liberación, un abrirse al mundo y un desconectar de la rutina que nos tiene tan ocupados.